"...y miren lo que son las cosas que para que nos vieran nos tapamos el rostro; para que nos nombraran nos negamos el nombre; apostamos el presente para tener futuro; y para vivir.... morimos" Subcomandante Marcos

domingo, 4 de noviembre de 2012

Hijo de Ladrón. Manuel Rojas (extracto).

"Hace muchos años. Ahora, apenas me pongo delante de una puerta o frente a un hombre que lleva su cartera en el bolsillo, me tiritan las manos y todo se me cae, la ganzúa o el diario; y he sido de todo, cuentero, carterista, tendero, llavero. Tal vez debería irme de aquí, pero ¿adónde? No hay ciudad mejor que ésta y no quiero ni pensar quo podría estar preso
en un calabozo extraño. Es cierto: esta ciudad era antes mucho mejor; se robaba con más tranquilidad y menos peligros; los ladrones la echaron a perder. En esos tiempos los agentes lo comprendían todo: exigían, claro está, que también se les comprendiera, pero nadie les negaba esa comprensión: todos tenemos necesidades. Ahora...».

«No sé si ustedes se acuerdan de Victoriano Ruiz; tal vez no, son muy jóvenes; el caso fue muy sonado entre el ladronaje y un rata quedó con las tripas en el sombrero. ¡Buen viaje!. Durante años Victoriano fue la pesadilla de los ladrones de cartera. Entró joven al servicio y a los treinta ya era inspector. Vigilaba las estaciones y estaba de guardia en la Central doce o catorce horas diarias. Para entrar allí había que ser un señor ladrón, no sólo para trabajar, sino también para vestir, para andar, para tratar. Ningún rata que no pareciese un señor desde la cabeza hasta los pies podía entrar o salir, y no muy seguido; Victoriano tenía una memoria de prestamista: cara que veía una vez, difícilmente se le borraba, mucho menos si tenía alguna señal especial».

«El Pesado entró dos veces, no para robar sino a tomar el tren, y las dos veces Victoriano lo mandó a investigaciones; no volvió más. Víctor Rey, gran rata, logró entrar una vez y salir dos; pero no perecía un señor: parecía un príncipe; se cambiaba ropa dos veces al día y las uñas le relucían como lunas. Salía retratado en una revista francesa; alto, moreno, de bigotito y pelo rizado, un poco gordo y de frente muy alta, parecía tan ladrón como yo parezco fiscal de la Corte de Apelaciones. Conocía a Victoriano como a sus bolsillos ––antes a venir se informó–– y la primera vez salió de la estación con veinticinco mil pesos y varios cheques. Era el tren de los estacioneros. Victoriano recibió la noticia como un joyero recibe una pedrada en el escaparate. Ningún carterista conocido ni ningún sospechoso entró aquel día a la estación ni fue visto en un kilómetro a la redonda. No se podía hablar de una pérdida de la cartera; el hombre la traía en un bolsillo interior del chaleco y Víctor debió desabrochárselo para sacársela. No cabía duda. Victoriano recorrió en su imaginación todas las caras extrañas vistas en ese día y esa hora. Conocía a todos los estacioneros y gente rica de la provincia, y ellos, claro está, también lo conocían. Al salir y pasar frente a él lo miraban de frente o de reojo, con simpatía, pero también con temor, pues la policía, cosa rara, asusta a todo el mundo y nadie está seguro de que el mejor día no tendrá que verse con ella. Entre aquellas caras extrañas no encontró ninguna que le llamara la atención. No se podía pensar en gente mal vestida; los ladrones de toda la república y aun los extranjeros sabían de sobra que meterse allí con los zapatos sucios o la ropa mala, sin afeitarse o con el pelo largo, era lo mismo que presentarse en una comisaría y gritar: «Aquí estoy; abajo la policía». Los ayudantes de Victoriano lo sacaban como en el aire».

«¿Entró y salió el ladrón o entró nada más? Lo primero era muy peligroso: no se podía entrar y salir entre un tren y otro sin llamar la atención de Victoriano y sin atraerse a sus ayudantes. Víctor Rey salió, pues venía llegando, y bajó de un coche de primera con su maletín y con el aire de quien viene de la estancia y va al banco a depositar unos miles de pesos. Al pasar miró, como todas los de primera lo hacían, es decir, como lo hacían todos los que llevaban dinero encima ––y él lo llevaba, aunque ajeno––, a Victoriano, que estaba parado cerca de la puerta y conversaba con el jefe de estación. Todo fue inútil: no encontró nada, una mirada, un movimiento, una expresión sospechosa. La víctima le dio toda clase de detalles, dónde venía sentado, quién o quiénes venían al frente o a los dos lados, con quién conversó, en qué momento se puso de pie y cómo era la gente que bajaba del coche, todo. Todo y nada».

«Victoriano se tragó la pedrada y declaró que no valía la pena detener preventivamente a nadie: el ladrón, salvo que fuera denunciado por otro ladrón, no sería hallado. Víctor Rey, que supo algo de todo esto por medio de los diarios, dejó pasar algún tiempo, dio un golpe en el puerto, otro en un banco, y después, relamiéndose, volvió a la Central; mostró su abono, subió al coche, se sentó y desde ahí miró a su gusto a Victoriano, que vigilaba la entrada en su postura de costumbre, debajo del reloj del andén, las piernas entreabiertas y las manos unidas en la espalda a la altura de los riñones; se bajó en la primera estación, llamó el mejor coche y se fue: siete mil patacones. Victoriano fue a la Dirección y preguntó al jefe si era necesario que presentara su renuncia; el jefe le preguntó qué le había picado. ¿Iba a perder su mejor agente nada más que porque un boquiabierto dejaba que le robaran su dinero? Ándate y no seas zonzo. Se metió el puro hasta las agallas y siguió leyendo el diario. El Inspector volvió a la estación y durante varios días pareció estar tragándose una boa. Alguien es estaba riendo de todos. Y no es que Victoriano fuese una mala persona, que odiara a los ladrones y que sintiera placer en perseguirlos y encarcelarlos; nada de eso: no iba jamás a declarar a los juzgados; mandaba a sus ayudantes; pero era un policía que estaba de guardia en una estación y debía cuidarla; era como un juego; no le importaba, por ejemplo, que se robara en un Banco, en un tranvía o a la llegada de los barcos y nunca detuvo a nadie fuera de la Central. Su estación era estación. Llamó a los ayudantes, sin embargo, y les pidió que fueran al Departamento y tiraran de la lengua a todos los ratas que encontraran, por infelices que fueran; era necesario saber si algún carterista extranjero había
llegado en los últimos tiempos; y no se equivocaba en lo de extranjero. Víctor Rey era cubano, pero no sacaron nada en limpio: nadie sabía una palabra».

«Días después bajó de un tren de la tarde un señor de pera y ponchito de vicuña y habló con el inspector. ¿Qué es lo que sucede, para qué sirve la policía?, ¿hasta cuándo van a seguir los robos? ¡Me acaban da sacar la cartera! ¡Tenía doce mil nacionales! ¡Cien, doscientas, quinientas vacas! Victoriano sintió deseos de tomar un palo y darle con él en la cabeza; se contuvo y pidió al señor que se tranquilizara y le diera algunos datos: qué o quién llamó su atención, quién se paró frente a él o al lado suyo con algo sospechoso en la mano, un pañuelo, por ejemplo, o un sobretodo. El señor no recordaba; además, era corto de vista, pero sí, un poco antes de echar de menos la cartera, percibió en el aire un aroma de tabaco habano. Se puso los anteojos para ver quién se permitía fumar tan fino, pero nadie estaba fumando cerca de él. Por lo demás, toda la gente que le rodeaba le había parecido irreprochable. ¿Por qué va a ser sospechoso un señor que saca un pañuelo o lleva un diario en las manos? Total: nada. Victoriano rogó al señor que no dijera una palabra acerca del aroma del tabaco fino, y el señor, a regañadientes, pues aquello le parecía una estupidez, se lo prometió. De modo que se trataba de un fumador de finos tabacos... Bueno, podía ser, y no se equivocó: Víctor Rey adoraba el tabaco de su tierra y manejaba siempre en una cigarrera con monograma dos o tres puros de la más fina hebra de Vuelta Abajo. Un fumador de buenos tabacos debería ser un señor... ¿Cómo?».

«Se imaginó uno, pero sólo la casualidad hizo que diera con el rata. Víctor Rey pasó a su lado sólo minutos después de terminar uno de sus puros y llevando aún en los bigotes el perfume del Corona; Victoriano recibió en sus narices de perro de presa el aroma de que hablara el señor del ponchito. Se quedó de una pieza. Lo dejó alejarse y se colocó de modo de no perderlo de vista. Observó los movimientos; llevaba sobre todo en el brazo izquierdo y un maletín en la mano derecha; dejó éste en el asiento, y ya iba a dejar también el sobretodo, cuyo forro de seda era resplandeciente, cuando vio que un vejete se acercaba; lo tocó a la pasada: llevaba una cartera con la que apenas podía. Victoriano subió a la plataforma de un salto, y cuando Víctor Rey, ya lanzado sobre su presa, se colocaba en posición de trabajo y ponía una mano sobre el hombro del viejo para hacerlo girar, sintió que otra mano, más dura que la suya, se apoyaba sobre su hombro; viró, sorprendido, y se encontró con la cara de Victoriano. El Inspector pudo haber esperado y tomar al cubano con las manos en la masa, es decir, con la cartera del vejete en su poder, con lo cual lo habría metido en un proceso, pero eso no tenía importancia para él; no le importaba el vejete ni su
cartera, y apenas si le importaba Víctor: lo que él quería era que nadie robase en su estación ni hasta unas diez estaciones más allá de la suya, por lo menos. Víctor Rey, por su parte, pudo haber resistido y protestar, decir que era un atropello, sacar billetes de a mil, mostrar sus anillos, su reloj, su cigarrera, pero, hiciera lo que hiciere, jamás volvería a entrar a aquella estación. ¿Para qué entonces? El escándalo, además, no le convenía. Sonrió a Victoriano y bajó del tren sin decir una palabra; nadie se enteró de la detención de una rata que llevaba robados allí una punta de miles de nacionales. Victoriano fue con él hasta el Departamento, en coche, por supuesto, ya que Víctor se negó a ir de otra manera, lo dejó en buenas manos y regresó a la estación fumándose uno de los puros de Víctor. El rata se lo obsequió. Al día siguiente, Víctor Rey fue embarcado en un vapor de la carrera Rosario-Buenos-Aires-Montevideo, dejando en manos de la policía ––que no hubiese podido probarle su golpe en la estación ni en los bancos––, sus impresiones digitales, su retrato de frente y de perfil, sus medidas antropométricas ––como decimos los técnicos–– y todos los puros que le quedaban».

«Victoriano había ganado otra vez, pero no siempre ganaría; era hombre y alguna falla debía tener. Un día apareció: miraba desde el andén cómo la gente pasaba y repasaba por el pasillo de un coche de primera, cuando vio un movimiento que no le dejó duda: alguien se humedecía con la lengua las yemas de los dedos, es decir; había allí un ladrón que se preparaba para desvalijar a alguien y que empezaba por asegurarse de que la cartera no se le escurriría de entre los dedos cuando la tomase. (Es una mala costumbre, muchachos; cuidado con ella). Corrió hacia la portezuela del coche y subió a la plataforma; cuando miró hacia el pasillo el rata salía por la otra puerta: escapaba; llegó a la plataforma y giró para el lado contrario del andén, saltando a tierra. Victoriano retrocedió e hizo el mismo movimiento; se encontró con algo tremendo: una máquina que cambiaba línea había tomado al hombre, que yacía en el suelo, las piernas entre las ruedas y la cara hundida en la tierra; en la mano derecha tenía la cartera que acababa de sacar al pasajero. Victoriano corrió, lo tomó de los hombros y tiró de él; era tarde; la máquina le había destrozado la pierna derecha. El Inspector, que notó algo raro, la palpó los brazos y descubrió que el desgraciado tenía un brazo postizo... Gritó y acudió gente, empleados del tren, pasajeros, entre éstos la persona recién robada, que el ver la cartera se palpó el bolsillo, la recogió y volvió el tren, mudo de sorpresa. Victoriano, al arrastrar el cuerpo del hombre que se desangraba, se dio cuenta, por primera vez en su vida, de lo que representaba para la gente de esa estofa: su papel era duro y bastaba su presencia para asustarlos hasta el extremo de hacerlos perder el control.
Ese hombre era un ladrón, es cierto, pero la sangre salía espantosamente de su pierna destrozada y la cara se le ponía como de papel; se asustó y se sintió responsable. Vinieron los ayudantes, se llamó a la ambulancia el herido fue trasladado al hospital; Victoriano fue con él y no lo dejó hasta que los médicos le dijeron que el hombre se salvaría: la pierna fue amputada un poco más arriba de la rodilla. No volvió a la estación. Se fue a su casa y al otro día, a primera hora, visitó al detenido. Pasaron los días y conversé con él: el Manco Arturo había perdido el brazo en un encuentro parecido, al huir de la policía en una estación. Robaba utilizando el que le quedaba; cosa difícil; un carterista con un solo brazo es como un prestidigitador con una sola maño. Robaba solo; le era imposible conseguir compañeros: nadie creía que con un solo brazo y con sólo cinco dedos sé pudiera conseguir jamás una cartera, mucho menos unas de esas gordas que se llevan, a veces, abrochadas con alfileres de gancho, en el bolsillo del saco. Era un solitario que vivía feliz en su soledad y que por eso contaba con el respeto y admiración de las demás ratas. Y ahora perdía una pierna...».

«Victoriano se hizo su amigo y contribuyó con algunos pesos a la compra de la pierna de goma que algunos rateros de alto bordo regalaron a Arturo. Conversó también con ellos; jamás había conversado con un ladrón más de unos segundos; ahora lo hizo con largueza. Arturo era un hombre sencillo; había viajado por Europa, hablaba francés ––lo aprendió durante unos años de cárcel en París–– y era un hombre limpio que hablaba despacio y sonriendo. El inspector, que en sus primeros años de agente lidió con lo peor del ladronaje, ratas de baja categoría, insolentes y sucios, seguía creyendo que todos eran iguales; es cierto que había pescado algunos finos truchimanes, especies de pejerreyes si se les comparaba con los cachalotes de baja ralea, pero nunca se le ocurrió conversar con ellos y averiguar qué clase de hombres eran, y no lo había hecho porque el juicio que tenía de ellos era un juicio firme, un prejuicio: eran ladrones y nada más. Arturo le resultó una sorpresa, aunque una dolorosa sorpresa: nadie le quitaba de la mente la idea de que el culpable de que ese hombre hubiese perdido una pierna era él y fue inútil que Arturo le dijese que era cosa de la mala suerte o de la casualidad. No. Después de esto empezó a tratar de conocer a los ladrones que tomaba y a los que, por un motivo u otro, llamaban su atención en los calabozos del Departamento. Se llevó algunas sorpresas agradables y recibió, otras veces, verdaderos puntapiés en la cara, había hombres que hablaban y obraban como dando patadas; desde allí la escala subía hasta los que, como Arturo, parecían pedir permiso para vivir, lo que no les impedía, es cierto, robar la cartera, si podían, al mismísimo ángel de la guarda, pero una cosa es la condición y otra la profesión. Los mejores eran los solitarios,
aunque tenían algo raro que algunas veces pudo descubrir: el carácter, las costumbres, de dónde salían. Terminó por darse cuenta, a pesar de todas las diferencias, de que eran hombres, todos hombres, que aparte su profesión, eran semejantes a los demás, a los policías, a los jefes, a los abogados, a los empleados, a los gendarmes, a los trabajadores, a todos los que él conocía y a los que habría podido conocer. ¿Por qué no cambiaban de oficio? No es fácil hacerlo: los carpinteros mueren, carpinteros y los maquinistas, maquinistas, salvo rarísimas excepciones».

«Pero faltaba lo mejor: un día se encontró cara a cara con El Camisero, ladrón español, célebre entre los ladrones, hombre, que a las dos horas de estar detenido en una comisaría, tenía de su parte a todo el personal, desde los gendarmes hasta los oficiales, pocos podían resistir su gracia, y si en vez de sacarle a la gente la cartera a escondidas se la hubiese pedido con la simpatía con que pedía a un vigilante que le fuese a traer una garrafa de vino, la verdad es que sólo los muy miserables se la habrían negado. Cuando Victoriano lo tomó y lo sacó a la calle, oyó que El Camisero le preguntaba lo que ladrón alguno le preguntara hasta entonces: ¿adónde vamos? Le contestó que al Departamento. ¿Adónde podía ser? Hombre, creí que me llevaba a beber un vaso de vinillo o algo así, por aquí hay muy buenas aceitunas. Dos cuadras más allá Victoriano creyó morirse de risa con las ocurrencias del madrileño y siguió riéndose hasta llegar al cuartel, en donde, a pesar de la gracia que le había hecho, lo dejó, volviendo a la estación. A los pocos días, y como no existía acusación de ninguna especie contra él, El Camisero fue puesto en libertad, y en la noche, a la llegada del tren de los millonarios, Victoriano, con una sorpresa que en su vida sintiera, vio cómo El Camisero, limpio, casi elegante, con los grandes bigotes bien atusados, bajaba de un coche de primera, sobretodo al brazo, en seguimiento de un señor a quien parecía querer sacar la cartera poco menos que a tirones. Victoriano quedó con la boca abierta: El Camisero, al verlo, no sólo no hizo lo que la mayoría de los ladrones hacía al verlo: esconderse o huir, sino que, por el contrario, le guiñó un ojo y sonrió, siguiendo aprisa tras aquella cartera que se le escapaba. Cuando reaccionó, el rata estaba ya fuera de la estación, en la calle, y allí lo encontró, pero no ya alegre y dicharachero como la vez anterior y como momentos antes, sino que hecho una furia: el pasajero había tomado un coche, llevándose su cartera. ¡Maldita sea! ¡Que no veo una desde hace un año! Tuvo que apaciguarlo. ¡Tengo mujer y cinco hijos y estoy con las manos como de plomo! ¡Vamos a ver qué pasa!».

«Y nadie supo, ni en ese tiempo ni después, qué más dijo el rata ni qué historia contó ni qué propuso al inspector. Lo cierto es que desde ese día en adelante se robó en la estación de
Victoriano y en todas las estaciones de la ciudad como si se estuviera en despoblado; las carteras y hasta los maletines desaparecían como si sus dueños durmieran y como si los agentes no fuesen pagados para impedir que aquello sucediera. El jefe llamó a Victoriano: ¿qué pasa? Nada, señor. ¿Y todos esos robos? Se encogió de hombros. Vigilo, pero no veo a nadie; ¿qué quiere que haga? Vigilar un poco más».
Se le sacó de la estación y fue trasladado a los muelles. Allí aliviaron de la cartera, en la misma escala de desembarcó, al capitán de un paquete inglés: puras libras esterlinas; lo mandaron a un banco y el gerente pidió que lo cambiaren por otro: los clientes ya no se atrevían a entrar; y allí donde aparecía, como el cien ladrones aparecieran junto con él, no se sentían más que gritos de: ¡mi cartera!, ¡atajen al ladrón!; un ladrón que jamás ara detenido. Se le llamó a la jefatura, pero no se sacó nada en limpio, y lo peor fue que se empezó a robar en todas partes, estuviese o no Victoriano; los ladrones habían encontrado, por fin, su oportunidad y llegaban de todas partes, en mangas, como las langostas, robando a diestro y siniestro, con las dos manos, y marchándose en seguida, seguros de que aquello era demasiado lindo para que durase; la población de ratas aumentó hasta el punto de que en las estaciones se veía a veces tantos ladrones como pasajeros, sin que por eso llevaran más detenidos al Departamento, donde sólo llegaban los muy torpes o los que eran tomados por los mismos pasajeros y entregados, en medio de golpes, a los vigilantes de la calle, ya que los pesquisas brillaban por su ausencia. Los vigilantes, por lo demás, no entraban en el negocio. Los jefes estaban como sentados en una parrilla, tostándose a fuego lento. Intervino el gobernador de la provincia. Se interrogó a los agentes y nadie sabía una palabra, aunque en verdad lo sabían todos, muy bien, así como lo sabían los carteristas: Victoriano y los demás inspectores y los agentes de primera, de segunda y aun de tercera clase recibían una participación de la banda con que cada uno operaba. Habían caído en una espantosa venalidad, Victoriano el primero, humanizándose demasiado. Un día todo terminó, y la culpa, como siempre, fue de los peores: el Negro Antonio, que aprovechando aquella coyuntura pasara de atracador a carterista, sin tener dedos para el órgano ni para nada que no fuese pegar o acogotar en una calle solitaria y que no era en realidad más que una especie de sirviente de la cuadrilla que trabajaba bajo el ojo bondadoso, antes tan terrible, de Victoriano, fue detenido, borracho, en la Central: no sólo intentó sacar a tirones una cartera a un pasajero, sino que, además, le pegó cuando él hombre se resistió a dejarse desvalijar de semejante modo. Era demasiado. En el calabozo empezó a gritar y a decir tales cosas que el jefe, a quien se te pasó el cuento, lo hizo llevar a su presencia ¿Qué estás diciendo? La
verdad. ¿Y cuál es la verdad? A ver vos sos un buen gaucho; aclaremos. Y el Negro Antonio, fanfarrón y estúpido, lo contó todo: Victoriano, y como él la mayoría de los agentes, recibían coimas de los ladrones. Mientes. ¿Miento? ¿Quiere que se lo pruebe? Te pongo en libertad incondicional. Hecho.

«El jefe apuntó la serie y los números de diez billetes de cien pesos y se los entregó. El Negro fue soltado, poniéndosele un agente especial para que lo vigilara. Una vez en la calle, el Negro tomó un tren dos o tres estaciones antes de aquella en que estaría Victoriano, llegó, bajó y a la pasada le hizo una señal. Minutos después, en un reservado del restaurante en que Victoriano acostumbraba a verse con El Zurdo Julián, jefe de la banda, Antonio le entregó los diez billetes. ¿Y esto? Se los manda El Zurdo; siguió viaje a Buenos Aires. El inspector se quedó sorprendido: no acostumbraba a entenderse con los pájaros de vuelo bajo, pero allí estaban los mil pesos, que representaban una suma varias veces superior a lo que él ganaba en un mes, y se los guardó. El negro se fue. Victoriano esperó un momento y salió: en la acera, como dos postes, estaban dos vigilantes de uniforme que se le acercaron y le comunicaron, muy respetuosamente, que tenían orden de llevarlo al Departamento. Victoriano rió, en la creencia de que se trataba de una equivocación, pero uno de los vigilantes le dijo que no había motivo alguno para reírse; sabían quién era y lo único que tenía que hacer era seguirlos. Quiso resistirse y el otro vigilante le manifestó que era preferible que se riera: pertenecían al servicio rural, que perseguía bandidos y cuatreros y habían sido elegidos por el propio jefe. Así es que andando y nada de meterse las manos en los bolsillos, tirar papelitos u otros entretenimientos Victoriano advirtió que el asunto era serio y agachó la cabeza».

«En la oficina y delante del jefe, lo registraron: en los bolsillos estaban los diez billetes de cien pesos, igual serie, igual número. No cabía duda. Está bien. Váyanse. Victoriano no negó y explicó su caso: tenía veintitrés años de servicio; entrado como agente auxiliar, como se hiciera notar por su habilidad para detener y reconocer, ladrones de carteras, se le pasó el servicio regular, en donde, en poco tiempo, llegó a ser agente de primera, y años después, inspector. Allí se detuvo su carrera, llevaba diez años en el puesto y tenía un sueldo miserable: cualquiera de los estancieros que viajaban en el tren de las 6.45 llevaba en su cartera, en cualquier momento, una cantidad de dinero superior en varias veces a su sueldo anual. Él tenía que cuidarles ese dinero, sin esperanzas de ascender a jefe de brigada, a subcomisario o a director; esos puestos eran políticos y se daban a personas que estaban al servicio de algún jefe de partido. No podía hacer eso; su trabajo no se lo permitía y su carácter no se prestaba para ello; tampoco podía pegar a nadie ni andar con chismes o delaciones, como un matón o un alcahuete».

«Había perseguido y detenido a los ladrones tal como el perro persigue y caza perdices y conejos, sin saber que son, como él, animales que viven y necesitan vivir, y nunca, hasta el día en que El Manco Arturo cayó bajo las ruedas de una locomotora al huir de él, pensó o sospechó que un ladrón era también un hombre, un hombre con los mismos órganos y las mismas necesidades de todos los hombres, con casa, con mujer, con hijos. Esa era su revelación: había descubierto al hombre.
¿Por qué era entonces policía? Porque no podía ser otra cosa. ¿No le pasaría lo mismo al ladrón? Luego vino el maldito Camisero: jamás, ningún ladrón, tuvo el valor de hacerle frente y conversar con él; lo miraban nada más que como policía, así como él los miraba nada más que como ladrones; cuando tomaba uno lo llevaba al cuartel, lo entregaba y no volvía a saber de él hasta el momento en que, de nuevo, el hombre tenía la desgracia de caer bajo su mirada y su amo y jamás una palabra, una conversación, una confidencia, mucho menos una palabra afectuosa, una sonrisa. ¿Por qué? El Camisero fue diferente; le habló y lo trató como hombre; más aún, se rió de él, de su fama, de su autoridad, de su amor al deber: ése era un hombre. Había recibido dinero, sí, pero ése era otro asunto: el jefe debía saber que en su vida no había hecho sino dos cosas: detener ladrones y tener hijos, y si en el año anterior había detenido más ladrones que otro agente, también ese mismo año tuvo su undécimo hijo...»

«El jefe, hombre salido del montón, pero que había tenido la habilidad de ponerse al servicio de un cacique político, lo comprendió todo, las cosas, sin embargo, ya no podían seguir así y aunque estimaba a Victoriano como a la niña de sus ojos, ya que era su mejor agente, le hizo firmar la renuncia, le dio una palmadita en los hombros y lo despidió, y aquella noche, a medida que los agentes llegaban al Departamento a entregar o a recibir su turno, fueron informados de su suerte: despedido, interino; confirmado... Victoriano vive todavía y por suerte para él, sus hijos han salido personas decentes. Aurelio es su hijo mayor. ¿El Negro Antonio? El Zurdo Julián le pegó una sola puñalada».

miércoles, 3 de octubre de 2012

"La mujer avanzaba en su tarea de maniatar suavemente al chico, de quitarle fibra a fibra sus últimos restos de libertad, en una lentisima tortura deliciosa. Imaginé los finales posibles (ahora asoma una pequeña nube espumosa, casi sola en el cielo), preví la llegada a la casa (un piso bajo probablemente, que ella saturaría de almohadones y de gatos) y sospeché el azoramiento del chico y su decisión desesperada de disimularlo y de dejarse llevar fingiendo que nada le era nuevo. Cerrando los ojos, si que los cerré, puse en orden la escena, los besos burlones, la mujer rechazando con dulzura las manos que pretendían desnudarla como en las novelas, en una cama que tendría un edredón lila, y obligándolo en cambio a dejarse quitar la ropa, verdaderamente madre e hijo bajo una luz amarilla de opalinas, y todo acabaría como siempre, quizá, pero quizá todo fuera de otro modo y la iniciación del adolescente no pasara, no la dejaran pasar, de un largo proemio donde las torpezas, las caricias exasperantes, la carrera de las manos se resolviera quién sabe en qué, en un placer por separado y solitario, en una petulante negativa mezclada con el arte de fatiga y desconcertar tanta inocencia lastimada. Podía ser así, podía muy bien ser así; aquella mujer no buscaba un amanta en el chico, y ala vez se lo adueñaba para un fin imposible de entender si no lo imaginaba como un juego cruel, deseo de desear sin satisfacción, de excitarse para algún otro, alguien que de ninguna manera podía ser ese chico."
Julio Cortazar. Las armas secretas.

viernes, 7 de septiembre de 2012

pa' elante.

Tengo muchas razones para escribir hoy... Hoy terminó, c'est fini.
De cierto modo ahora que pasó el momento de los qué hubo, en dónde había que dar la estocada final, creo que no tuve el valor, tenía miedo y todavía lo tengo, no me había dado cuenta tampoco, últimamente me vengo decepcionando mucho de mí mismo, más que de los  demás. He pensado, que por cierta parte, esta es una muy buena opción, muchos de los problemas terminaron también, se fueron, se los llevó el viento de septiembre. Tenía que ser así, y más que por intentar autonconvencerme,  lo digo por que los hechos y la razón lo dictaban así... Por mi parte, en mi defensa, puedo decir que lo intenté dentro de mis capacidades y posibilidades, igual siento que perdí... el tiempo dirá cuanto perdí.
Si lo miro para bien o para mal, estuvo bien que las cosas terminaran. Si me quería un poco, era lo que teníamos que hacer, si no me quería, también era lo que teníamos que hacer, si queríamos que las cosas no se pudrieran más, también...  aún así, siento que pudimos haber dado más, porque nunca alcanzamos a ser algo, tampoco, yo tuve la intención, yo la quería igual, a pesar de toda la mierda, de todo lo que pudo haber pasado antes, yo quería saltar... pero no, nunca pudimos, nunca pudo, de cierto modo fui un cobarde también, pero para ser honesto, menos que ella.
Por otra parte, ahora que puedo ver las cosas desde otro punto de vista, desde otro foco, fuera del hecho mismo. Soy capaz de analizar mis acciones de un modo más profundo, creo que una de las primeras conclusiones a las que he podido llegar es que no sé amar, ahora, no sé si alguna vez me he podido entregar a alguien de verdad, no sé si soy tan "amable" tampoco... no sé si he hecho las cosas bien en ese aspecto, creo que estructuralmente, estoy mal y creo que necesito cambiar algunas cosas fundamentales. Como experiencia, esta, es muy buena, porque siento que puedo sacar muchas lecciones, muchas nuevos aprendizajes, puntos y materia que vienen a sumar más que a restar. Eso me agrada...
Ahora, llendo más directamente a mis persona, a mi ser, a mis sentimientos, ahora me siento.... no sé, creo que hablando en terminos más generales, bipolar y débil, lo que encuentro que es muy peligroso. También tengo como una sensación rara e incomoda en la guata, creo que es la angustia y el miedo, hace tiempo que no estaba en la situación en la que estoy ahora... de soltero a más soltero jajaja (menos mal que llegó la primavera y de cierto modo el frío se fue un poco). No me gusta sentirme así; sé que las cosas no van a cambiar mucho tampoco, de aquí a un tiempo más, tengo esa impresión de las cosas. Ella no volverá como volvió antes, por la razón que sea, yo no volveré tampoco, esta vez haremos las cosas bien, como debimos haberlas hecho hace mucho tiempo, solo espero... solo espero que dentro de todo lo que pasó (qué ya significo harto dolor y desilución), no haya más dolor y desiluciones, que todo haya quedado allí, en ese abrazo y besito tierno. No quiero pasarme rollos de nada, "¿qué hubiera pasado si...? y ¿por qué dijo esto?, ¿qué significado tendra esto otro?" y así suma y sigue, esos pesamientos acaban con el estado de animo de cualquiera.
Entonces, tengo pena, miedo y alegría, todo a la vez. Son sentimientos de cierto modo que no van de la mano, los 3 juntos, no hay combinaciones... aquí hay polvora, falta el fuego, esa es mi sensación, igual, esa polvora, metaforicamente hablando, está mojada y  no creo que prenda. Hoy no vuelvo a ningún lado y tampoco vuelvo más lolein ni nada, estoy ahí, solito caminando, como siempre quizás... Soy un caminante cansado, con el corazón cansado y dolido, desilucionado, y aunque suene pussy, no quiero más intentos de algo en un largo rato, quiero ser yo ahora el que importe, recuperar todo lo que perdí, ganar experiencias nuevas en otros ambitos, trabajar, en volá crecer... xD
creo que ya es tiempo... :)






domingo, 15 de julio de 2012

Estoy parado en la muralla que divide todo lo que fue de lo que será.

Estoy con muchas cosas en la cabeza, muchas ideas, muchos pensamientos. Hay tres temas que me tienen ocupado: La universidad, mi vida y ella. Me agrada saber que el último tema que mencioné, ya no ocupa tantas horas de mis pensamientos ni de mi preocupación como los dos temas anteriores. El primero, la universidá. Sí wachos, me la estoy farreando y en mala, de hecho, nunca creí caer tan bajo. Tengo mucha responsabilidad en todo esto, sin duda, pero no total. Últimamente he estado deprimido, no depresivo, solo derpimido, y en gran parte es por ello. La universidad, MI responsabilidad y creo que mi única responsabilidad me ha hecho cuestionarme hasta los más infios detalles de mi presente, de mi pasado y futuro. No quiero terminar trabajando, no quiero trabajar, no quiero que mi vida se transforme en eso y sea eso, no quiero que me la roben, no quiero perderla, no quiero terminar siendo un automata, un institucionalizado, no quiero acostumbrarme a las cuatro paredes de donde sea, no quiero perder el arrojo, el atrevimiento, la rebeldía, y comenzar a adquirir un miedo aterrador a la libertad. No, esa no es la vida que elijo. Pero lamentablemente esa es la vida que me dan y que de cierto modo, tendré que recojer, aunque sea, en parte, Necesito vivir, pero para ello necesito sobrevivir, necesito dinero, necesito trabajar. jajaja He llegado a pensar y legitimar ciertos actos delictuales que para la mayoría serían aborrecedores. Solo para poder tener un poco de dinero y desaparecer. No señores, no soy ni sirvo para nada de eso, no creo que pueda lograrlo. Yo tenía un plan y de a poco se me está llendo a la mierda, en gran parte por mí culpa... es triste pero es. Pensando en todo esto y más, creo que llegó el momento de cambiar, de saltar o enfrentar la extinción, mi propia extinción. Creo que toqué fondo, sé que puedo llegar más abajo aún, pero no tengo ni el más minimo interes en lelgar allí. Nunca pensé en que me fuera tan mal en la universidad, nunca llegué a tener un nivel de irresponsabilidad y de desprecupación de mi vida y mis responsabilidades  tan bajo. Si lo miro por otro lado, estoy a un paso de perderlo todo, hasta la esperanza, estoy a un paso de ser libre. Pero tengo miedo... Siento que tengo mi vida aquí, en mis manos. No se me está llendo entre los dedos, pero estoy al borde de que comienze a escurrirse como el agua. Necesito orden, necesito cambiar, necesito saltar. Ya es tiempo, si no lo hago, moriré. Aún estoy a tiempo jajaja Me agrada saber eso, que aún está en mis manos en poder de cambiarlo todo, necesito ayuda, claramente...y creo que sé donde puedo encontrarla.

Pasando al último y tercer tema, que tabmién tiene relación con mi vida entera, también siento que he tocado fondo, pero en otro aspecto, no con ella. Ella no tiene nada que ver. Creo que he tenido las experiencias que siempre quise tener, pero ahora cuando las tengo, las siento angustiantes y vacías de todo valor y significado.  No quiero eso tampoco para mi vida, también necesito dar un cambio radical en eso. Ahora, ella... allí, todo es muy confuso y me he cansado de pensar en eso. Solo dejo que las cosas fluyan, quizás es es la solución a muchos de mis problemas. Por ahora, esoty mejor que antes, pero aún así deprimido. Quiero que las cosas cambien, para mejor. Las últimas desiciones no han sido para nada las correctar, no tengo la intención de volver a cometer los mismos errores. Necesito cambiar.



martes, 3 de julio de 2012

Periodo raro.

Creo que este periodo es extraño, nunca pensé caer en algunas redes, en algunas trampas; creí, talvez, que era más inteligente, pero no. Las cosas no han mejorado mucho en todo este tiempo (durante el que no he escrito, quizás por eso no he querido volver a escribir, esperando algo, algo que lo cambie todo.. para bien)
Ya no estoy tan confuso como antes si, aunque de vez en cuando tengo alguna que otra pequeña recaída, pero son pocas y controlables. Si tuviese que definir el presente en una sola palabra, sería decepción. Sí, decepcionado con la vida, conmigo mismo, con los demás. No encuentro a nadie que no lo haya hecho. No me siento triste ni mal, sólo es decepcionado. Últimamente he intentado no esperar nada de nadie y creo que ha resultado algo, creo que así hay más razones para sonreír que cualquier otra cosa.

miércoles, 13 de junio de 2012

Bisentimiento

Te amo/te odio.
Vuelve, no sé porqué, pero vuelve.
Así lo quiere él,
el enfermo sangrante...
¿Quién lo diría?
¿Quién soy yo para negarle algo tan... Hermoso/jodido?.
/No, no vuelvas.
¿Cómo mierda pudiste hacer eso?
No soy yo quien te perdió,
¡Tú, sí, ¡tú!, ¡tú me perdiste!.
Me lanzaste al mar, con el viento y su caos.
Me lanzaste sin antes dejarme
herido, cojo, mudo y ciego.
Competir invalido es competir perdiendo.
Esencias y perfumes no hay dos iguales...
Ahora, vete y no regreses/regresa.
No me recuerdes, yo no te recordaré/te recordaré.
/Recuerdame, recuerdame como
aquellas noches que se van y no regresan.
Recuerdame como un instante,
como un segundo; como aquellos segundos cuando ries
y no vuelven y se van para siempre...
El amor es grande y mucho más de lo que sabré y sé sobre él.
No lo entiendo y no lo entederé...
Te perdono/¡No te perdono y no te perdonaré!.
Será el verbo imperfecto por siempre.
No, ni perdón ni olvido.
Los dioses perdonan, yo solo soy un simple mortal.
Ahora cargo con tu cruz.
No fui culpable de nada y tengo que pagarlo todo.
La vida no es justa, ¿por qué te debería perdonar?
Nunca en mi vida había tenido tantas razones y motivos
para odiar a alguien /para amar a alguien;
para olvidar a alguien/ para extrñar a alguien
Te deseo amor/perra...
¡Jodete!/¡te extraño!.
En este momento podría ir y correr a tu casa,
ir y gritar que te amo/"perra culiá".
Ir para poder besarte como alguna vez lo hice;
ir y cubiri el cielo con mi noche;
ir y cubiri el cielo con tu dolor/ mi dolor.
La venganza es para los debiles, pero debo decir...
que me gusta lo dulce/lo agridulce.

Diego Cynade.

Nublar tu camino.

Y me encuentro aquí,
en un mar estable, pero con vientos de tormenta.
El clima es así y yo aprendí a vivir así.
El habito hace al hombre
y hoy nos hace...
Recorro tu camino y tú el mio
Si te lo regalé o te lo presté, no sé...
sólo el tiempo lo dirá.
Allá uno a saber cuanto tiempo tendrá el tiempo.
Navego por tu sangre,
navego por tus esencias infinitas.
Descubro lo que ya fue descubierto y más allá.
La desilución es innegable, es humana y no niego mi condición
Espero...
No quiero mentir, aunque debes en cuando,
es necesario.
Hoy no quiero hacerlo nuevamente
y con mi estupidez me planto ante ti.
La espontaneidad es kaos.
He recorrido algo de tu camino
y ya comienzo a cansarme.


Diego Cynade.

martes, 5 de junio de 2012

Choose Happines :)

Durante el último tiempo, creo que han pasado más cosas de las cuales yo podría mecionar o destacar, siento que algunas son importantes y realmente lo son. No sé si me esperaba que se dieran así, creo que no. Creo que también me abrí a los consejos, en realidad no; me llegaron sin consulta.  Me dijieron algo sin buscarlo y creo que es verdad. No sé si me destruyó, pero si, como que fue el empujoncito que me permitió sentirme mejor, quizá y a la vez, poner los pies en la tierra. Las runas dijieron muchas cosas, y no cosas estupidas o incoherentes con lo que podría estar pasando o podría pasar, pero es cierto, y como dijo la chela: No puedo basar mi actuar y pensar en lo que dijieron las runas. Siento que cai en una ilusión, en una esperanza estupida; como un niño. Dijiste que soy orgulloso y sí, es así, pero nunca para tanto, para raconocer mis errores y no permitirme querer a quien quiero. Quizás concordando con las runas, coincidenetemente, yo hice todo lo que podía y eso me deja contento, intentar algo más sería estupido y aunque me cuesta, porque de verdad me cuesta, encuentro que no es ni razonable ni amor volver a tomar yo la iniciativa.  Si me tubviese que autoparafrasear, sí, desidí dispararte y tomar mi camino propio, así como hacen los "hombresitos" de verdad. Si me preguntarai, me cuesta mucho y me seguirá costando por un tiempo más. Talvez habrá uno que otro día en el que un sentimiento rebelde tome posesión de mi pensar y yo quisiese volver a ti y a la vez, me arrepienta de estas palabras. Pero no, esta será mi posición, la oficial por lo menos.
Con respecto a la otra mujer que últimamente visita mi mente y mis recuerdos, creo que no está demás decir que ya poco y nada es lo que hay que hacer. Sería un mentiroso si dijiese que me da lo mismo haber sabido de lo que me he enterado.No, quizás, alguna vez lo pensé cuando estaba destruido y todo era malo y no tenía por donde. Me alegra saber que no fui tan nada y que todavía me recordai, que me valoraste, tarde, pero lo hiciste. Y que al fin, cambiaste para mejor, creo yo. Que te tranformaste en una mejor persona, aunque te cueste y te cuesta, (por lo que he notado). Pensé en volver a sellar algo, quizás con una conversación, un choque de manos y una sonrisa, pero no. Preferí y prefiero dejar las cosas como están, porque su momento ya pasó; y en sugundo lugar, por un respeto a todo lo que pasé. Por un respeto a mi yo, ese de hace un tiempo atrás, el que prometió cosas conmigo. No pienso faltarle el respeto.


Por último y con respecto al primer tema, se termina la espera y comienzo a caminar solo, como alguna vez lo hice en el pasado. No por ello, le cierro la puerta a ciertas oportunidades y personas, pero está demás decir, que hay algunas cosas que no dependen de mí. Espero que si este de verdad es el cierre un cápitulo de mi vida, espero que sea para bien. Las -estupidas- runas dijieron que detrás de un sacrificio, estaba la miel,la leche y los cogollos. No sé si estará bien esta desición para un futuro, pero siento yo ahora, que estoy elijiendo felicidad. Elejí caminar, a dónde voy ahora no lo tengo claro, espero llegar a buen puerto :)


sábado, 26 de mayo de 2012

No, nada.


"Mi posición (despavila!)

Es dificil mi posición y no es que no quiera nada, por supuesto que no. La quiero y hueás (muchito), pero qué puedo hacer yo? creo que lo que tenía  que hacer ya lo hice y los resultados están a la vista. No sé, si alguien viese esto y me dijiese, pero muevete, hace algo... yo no tendría qué hacer, no wn. Eso me daja tranquilo... ella tiene que solucionar sus problemas, ella es el problema, yo no. Yo siempre estuve dispuesto, yo siempre quise, pero no poh. No se pudo, no siempre se puede.
Es dificil que venga y me exija estar ahí aún así. No, yo no quiero eso, no puedo tampoco. Que tenga a sus amiguitos así, como los tiene. Yo no califico para esas cosas, ni me categorizo en ellas tampoco. Es super simple.. las cosas son o no son y desde mi punto de vista, yo no puedo ser un amiguito, por lo menos por ahora no. Porque es obvio que no puedo, porque la quiero y no como amigo, si estoy cerca, la deseo y yo sé que aquí, no soy el único. Es una hueá retroalimentativa. Lo mejor como dije antes, es alejarse; es lo más sano. Mi hermana querida me dijo algo el otro día, que sí, es verdad... lo negaba. Ella me hace mal,  me enferma, su bipolaridad me hace mal, me desestabiliza; me desiquilibra. ¿Còmo no lo entiende? Yo... yo quiero cortar por lo sano(igual la quiero). Presiento que si sigo así, voy a cagar y cagar en mala, como antes. Y yo no quiero eso. A veces, sólo con hablar un poco con ella, me deja ese sabor en la boca, como a disgusto, ese sabor que me recuerda cuando comenzo a ponerse todo mal con la otra persona, y yo no quiero eso, de verdad que no. Me da pena (quizás) que las cosas sean así. Yo no hice nada, aquí, (creo) que yo no tengo mucha responsabilidad. Si me diese pena algo, es que siempre, pero siempre a mí, no me valoran cuando tendrían que hacerlo, me voy y ahí... "aah, el hueón era bacán, valía la pena". Esa es la historia de mi vida, es triste, pero puta. No pienso cambiar, por lo menos yo, puse de mi parte, avanzé mi camino, hice mi tarea. Que mi compa sea una incompetente, es una hueá que no viene de mí. (despavila!)"



Ya, como que ahora tengo las cosas más claras...
Creo que dentro de mi, hay ciertos puntos, cosas que no están bien. No están finalizadas... Siento, que al parecer, no tengo mis propios paradigmas claros y por la misma razón, no puedo desenvolverme bien o actuar de la mejor manera como lo crea convenienete. En cierto modo, me siento identificado con el tema porque, puta... siento como si estuviese con una pistola jugando a la ruleta rusa, tengo una bala y no sé si disparar. Lo tengo que hacer, lo sé, pero todavía no puedo. Siento que todo lo que viene, todo mi futuro depende de esa bala y yo juego con ella, con la ruleta. Si no muero, la mataré. Creo que ese es el problema, si no mueriera ninguno de los dos, sería mejor. Pero no, las cosas están así de radicales, así de drasticas. Yo no quiero morir, no quiero morir otra vez. Siempre me convenzo y le digo a la gente, eso de que sufrimos básicamente según lo que soportemos o lo que tengamos que sufrir para aprender. Yo creí haber sufrido lo suficiente, no quiero sufrir otra vez. Cuando las runas me exijían un "pequeño" sacrificio, nunca lo entendí, por lo menos... nunca como ahora. No se trataba de un sacrificio del ego, nunca me hubiese dolido tanto eso como un sacrificio del corazón. Nunca me ha importado el ego tanto como el corazón. Muera ella o yo, igual alguien muere, igual hay sacrificio, igual hay dolor...
Sí, tengo miedo, estoy entumecido...
Ahora puedo comprender también, porqué la evito con la mirada y me siento incomodo si está cerca. No tengo claro como enfrentarme a ella en el diario vivir, no tengo claro lo que quiero con ella, no sé si la quiero querer o si la quiero dejar a un lado. Creo, que no tengo dudas sobre qué es lo que me sería mejor, no soy tan estupido tampoco, pero... a veces, casi siempre, no quiero lo que necesito, sino lo que deseo. Para sonar cursi, estoy en una lucha conmigo mismo. Tengo dos deseos, dos sentimientos distintos en un mismo corazón, ni siquiera es una lucha entre la razón absoluta y las emociones dinamicas y fluctuantes. Comprendí que la razón de un hombre está en su corazón. El primero la quiere cerca, el segundo todavía recuerda el dolor como si la sangre no estuviese ni coagulada, como si fuera ayer; el segundo la quiere lejos y lo entiendo demasiado.
Antes, recuerdo cuando no tenía miedo, cuando desafiaba al futuro y los proximso desasiertos, cuando sabiendo que erraba, no importaba, cuando no le tomé el peso al dolor ni a sangrar. Pero hoy no, tengo miedo y no quiero lo mismo, no quiero jugar a probar, a intentarlo, a "haber que pasa si...". No quiero jugar más.
Por último, "mi paradigma del amor", todavía tiene muchos cabos que atar, creo que necesitaré más tiempo del que creí. Siento, que ya lo reconstruí casi en su totalidad, me falta saber aún..  ¿si amo por necesidad o no?, ¿si busco la felicidad en ello o no?, ¿si es algo que me falta o no?; y por último, si la felicidad no está allí ahora, ¿dónde está?
(¿Amo por necesidad?
-Amar y ser amado son necesidades que no pondré en discución, pero no sé si es lo que necesite ahora. Creo que lo deseo, más de lo que lo necesito.
¿Busco la felicidad en ello?
-La última vez que fui verdaderamente feliz, encontré la felicidad en eso, en estar con alguien más, creo que así me siento pleno, no sé si es bueno, pero la última vez así fue. Tengo el presentimiento que cuando la otra persona, habló de que me mató psicologicamente, no acertó, pero sí estuvo cerca; "Ya no tengo las llaves del cielo". No sé, las ultimas veces, no conseguía la felicidad como antes, no era feliz haciendo lo que hacía antes. Talvez, la felicidad ya no esté allí o bien, no he buscado lo suficiente. Pero sí, buso la felicidad en ello, (ahora) todavía no la he podido encontrar.
¿Es algo que me falta?
-Para seguir viviendo, respirando; seguir haciendo mi vida normalmente, no me falta. Pero si para sentirme pleno, feliz. Entonces, no lo necesito para vivir, pero sí para sentirme feliz, aunque sea por un momento. Aunque después todo se vaya y no quede nada, aunque sólo sea un instante.
¿Si la felicidad no está allí, dónde está?
-No sé.)
 Al pareser, hoy, logré dar con todos los problemas y todas las excusas. Necesito comenzar a actuar, necesito comenzar a moverme, a construir y quiero construir algo distinto, no quiero lo mismo de antes. "Si quieres resultados disntintos, no hagas siempre lo mismo". Me pregunto si la desición "final" de estar con ella, es algo distinto a lo demás. Me pregunto, si estar con ella es comenzar un nuevo capitulo o repetir de curso y tener que aprender y pasar por lo mismo otra vez. La respuesta no la tengo clara, pero sé que está dentro de mí, necesito tiempo...


miércoles, 23 de mayo de 2012

La gente es Buena. :)

A veces, la gente, no es que sea mala; sólo a aveces -y casi siempre-, actuan, no con la intención de destruir o dañar al resto, aunque así ellos verdaderamente lo quieran. Aquella acción no es más que un reflejo de la desesperación, de la locura total que presenta nuestro yo en la lucha cotidiana contra nosotros mismos y los demás, a lo que llamamos sociedad. Aquellas acciones no son más que un reflejo de nuestra simple falta de experiencia, de nuestra pendejez; de nuestra estúpida estupidez o sencillamente, un profundo y terrible temor del cual, casi siempre somos presos. Es que tampoco nadie nacio con un manual ni menos una guía para poder desenvolverse en la vida, no somos más que niños jugando a ser grandes, no somos más que niños jugando al ensayo y error.
 Creo yo que siendo así, disculpar a alguien que te ha hecho daño y más aún, entenderla. Se hacen cosas de facil acceso, tanto como para la mente como el corazón. Y es que sí ¿de qué sirve odiar tanto? El perdón ya no es divino, sino humano, porque si errar es humano, perdonar... nunca fue tan necesariamente igual de humano como hoy, como ayer, y como mañana.
A veces, sólo a veces, la gente no es que sea mala... . La mayoría entra dentro del rango a definir, así... la mayoría, los demás y todos se hacen tan fragiles, tan debiles, tan indefensos. Las personas se transforman en pequeñas criaturas jugando un juego que no les pertenece. Del que no saben nada...

lunes, 21 de mayo de 2012

Soy un hombre libre...


Un monstruo en medio del mundo gritando a por amor.

Hola, antes de escribir lo que realmente quiero escribir debo decir que este post, es un segundo intento. El primer está, pero es super largo y no tiene las reflexciones que este sì tendrá. Claramente, porque he pensaso mejor las cosas.


Estoy dejando la pesada carga del pasado atrás, se me abrirán nuevos caminos segun vaya avanzando. No tengo prisa, por primera vez no tengo prisa. Pensé que esta vez las cosas saldrían bien, pero no. Ya no le cuestioné nada y no lo haré, a dios. De verdad, ya me vale un pico esto y todo, mucho en realidad. Me aburrí del ritmo que llevaba hasta ahora, hay muchas cosas que no quiero y no sé si pueda sacar de mi vida. No voy a nombrarlas, porque se prestaría para mucho hueveo jajaja, Pero de verdad, no sé. Quizás estoy bipolar...
Al final, la tormenta se dio, ya tengo una cierta experiencia en esto de cagadas, y puedo oler su edor a mierda a kilometros. NO... no me pasó nada, sigo innamovible. Después de todo, sufrir me hizo mucho más fuerte. Al final de todo, creo que fue lo que mejor y lo único que me enseñó ella, a ser más fuerte y más frío, por lo menos, de cabeza.
 Presiento lo que se aproxima... me alegra y no tanto. Es que no sé muy bien si es lo que quiero, quizás, tengo muchas razones para que sea así, pero ultimamente he dudado y bastante. Espero que sea lo mejor y yo sepa ser inteligente para moverme dentro de este juego y no salir mayoritariamente afectado. Creo que no, no será así esta vez, (siempre tengo la esperanza, no sé si sea bueno, ahora..) aunque no por eso, me confiaré como la otra vez. Mi intuición dice que hoy, ahora no es el momento... el momento será, pero será en un futuro proximo ¿dos a tres semanas más? así lo creo yo. Siento que falta algo, algo para dar ese paso. Dejar todo atrás, a ella y esas costras añejas atrás. No sé que es, debe ser una acción, que demuestre algo, que simbolize algo. Y cuando pasé, sabré que estaré listo, listo para lo que venga...

domingo, 13 de mayo de 2012

Siempre tengo la fe.

En estos momentos de mi vida, siento como la calma antes de la tormenta. Veo, percibo, como las cosas van tomando su lugar, su posición. Y yo estoy ahí pensando mis jugadas, viendo mis posiblidades, pero soy un estupido que juega con fuego. Y a los piromanos como yo siempre les pasa lo mismo, terminan quemandose.
No creo que sea demasiado tarde para hacer algo, igual me la voy a jugar por una opción, pondré todas mis cartas allí. Pero si pierdo, talvez... lo pierda todo o por lo menos mucho. Hasta el momento (ahora), he logrado tener todo lo que me he propuesto con ciertas variantes, me gustaría que las cosas estuvieran mucho mejor, pero veremos que se puede hacer. Estoy bien, no me quejo... supongo que di-s no lo puede hacer todo ¿no? Nos da el empujoncito, lo demás lo hacemos nosotros...
Por otro lado, lei cosas por ahí, cosas importantes, declaraciones fuertes de personas que en algun momento de mi vida fueron importantes. Declaraciones que al pareser hablan de mí y lo peor aún, es que son tristes. Las iba a publicar acá, pero me arrepentí. Me arrepentí porque se iba a ver como un gesto de debilidad, y además como de cariño, cosa que no es... ya que lo que ahora siento es nada. Mi posición al respecto es firme y sincera... innamovible. Espero que las cosas mejoren :) siempre tengo la fe :)

viernes, 13 de abril de 2012

ÚLTIMOS APUNTES SOBRE EL AMOR.

Últimamente, he pensado mucho sobre el amor y más aun sobre las parejas, sobre las relaciones de pareja. He analizado mucho el tema y le he dado muchas vueltas y como resultado de todo esto, de verdad, me he sentido muy decepcionado de él. Creo que en este momento, lejos de estar o encontrar a la persona correcta, (no sé si en el fondo sea la correcta por el solo hecho de serlo y ya) no es un buen momento para enamorarme o estar con alguien; tengo, creo, muchas cosas que definir en mi cabeza. En estos momentos no tengo un "paradigma" claro del amor, que sea solo mio. Ya no entiendo nada del amor, si alguna vez intente entender algo de él o supuse que sabía algo, lo he borrado o tachado como incorrecto en mi biblioteca de conocimiento.

Primero, he cuestionado el para qué de tener una relación de pareja. Primero, es algo impuesto por la sociedad, en primer plano. Es decir no es algo plenamente necesario, aunque si lo vemos bien como algo más macro, no deja de serlo, por variantes de reproducción y manutención de la especie. Pero como como una cuestión individual, no. ¿Para que pasar por tantos bonitos momentos , momentos únicos y especiales, cosas especiales, muchas cosas, si al final todo termina, todo se acaba? De verdad que no lo sé. Me da pavor la idea de la finitud, el tiempo perdido no me lo devuelve nadie, y lamento decir esto, pero sí... es tiempo perdido. Aunque uno al final aprenda algo para bien o para mal, siempre es tiempo perdido. La vida no es solo aprender, tampoco sólo luchar... la gente se cansa de luchar, el corazón también se cansa de luchar; se cansa de perder...Yo no quiero perder más nada.

También, y peor aún, dar todo no siempre alcanza y tampoco es necesariamente algo que te de la seguridad de que sea para bien. Siempre estoy en esa lucha interior y más aún ahora, que pasé por una experiencia muy mala. Siento que todo es falso si  mañana no estará. Es como construir un castillo de cartas en el aire, solo hay que esperar un fuerte soplo del viento para que todo quede en nada.

Antes, yo era feliz después de haber compartido con mi pareja... algún momento especial o simplemente un momento con ella, natural y sencillo. El solo hecho de compartir, me hacía creer que los lazos y el castillo se iba forjando con murallas más solidas y blah blah blah. Pero ya no, ya no es así, no puedo quitarme de la cabeza que, quizás, todo lo que haga ahora, todo lo que viva, todo lo que dé, mañana haya servido de nada. Ya no me ilusiono ni nada, no sigo, ya no espero. Perdí, literalmente, las llaves del cielo.
Ahora... pensando sobre lo mismo y viendo otras parejas, observandolas. Me he dado cuenta que estar con alguien y que esa relación sea estable y duradera, es una cuestión que depende de muchos factores, tanto como psicologicos, físicos, de contexto, de amigos, de relaciones humanas, de la vida. Que las probabilidades de que todo salga bien, son super bajas... tendemos a sufrir de amor... si es que el compromiso es verdadero desde las dos partes involucradas.
Pensé también, si el amor es una finalidad o un medio para un fin. Gracias a esto me di cuenta que antes veía al amor como un medio para un fin ¿cuál fin? No sé... ¿ser feliz? Bueno, por lo menos, algo más feliz o quizás,triste pero acompañado, no sé en realidad... pero dejemoslo en felicidad. Pero la cuestión es que no, las cosas no funcionan así. El amor no es un medio, es un fin en si mismo, ES UN MEDIO Y UN FIN EN SÍ MISMO. Por esa misma razón, los seres humanos NECESITAMOS amar y también ser amados. Es una necesidad sin duda alguna y peor inclusive, una necesidad primordial, de esas como respirar o comer. He comprendido algo fundamental... Para mí, la vida ya no es sólo luchar, aprender y vivir... también es amar. Entonces uno viene a la vida, a vivir porque tiene que luchar, amar, aprender y vivir.

Bueno, ahora yo con todo este analisis, sigo sin llegar a alguna parte, a puerto. Sí he avanzado, no lo niego, he completado nuevos cabos de un pedazo de mi verdad, que es la única que importa -hasta el momento-. Lo que me complica a mí todo esto, es que no puedo ser feliz amando de verdad. Y eso es grave, ya que el problema de la finitud me sigue causando pavor, no encuentro algo que calze o una explicación de el porqué tiene que ser así. A mí por lo menos, no me gusta que sea así, para nada. Lo único que aún tengo como conclusión... es que sigo pensando que no sirvo para amar, no por lo menos aquí ni a  nadie de aquí. Sigo pensando en que no debería ni siquiera intentarlo.

Por último, a la Camila la quiero, pero de nuevo tengo temor y es relacionado con todo lo anterior. Antes fui bueno cuando pude haberme preocupado por mí, y al final todo salió muy mal para mí ¿por qué ahora tendría que ser así otra vez? No quiero pasar por lo mismo ni tampoco hacer pasar por lo mismo a  otra persona, menos a una persona que se supone que quiero. Creo que necesito hablar un poco con la Camila, quizás hablar me ayude a despejarme y a solucionar algunos enigmas del amor, quizás ella sepa algo. Sólo quiero ser feliz y si es posible, compartir mi felicidad con alguien más que me quiera, sea buena conmigo y que me guste. (mucho).

PD: Todavía estoy confundido, y necesito pensar mucho parese, lo que no me agrada por ahora :(

viernes, 6 de abril de 2012

Hueá III

Hueá III
Siempre fui algo ke tenía en mente
un objetivo de llegar a ser ¡presente!
Hoy no soy nada
y la nada que soy me lleva a la locura.

Hubo un tiempo sin tiempo.
Un tiempo que hoy es algo,
pero no sabe como es.
Tiempo que no eres, me llevas a la locura.

Hubo una esperanza inmortal...
¿es aquella esperanza que agoniza?
¿es aquella agonía llamada esperanza?
Esperanza... me llevas a la locura.

¿Hay?¿Hubo? Dioses que no existen,
perros que ladran, libros sin ideas
Ruidos silenciosos, Noches luminosas y días oscuros.

¿Escuchas, ves, sientes? ¡intulles!
viven para sobrevivir
comen como cerdos para matar
Lo intento pero no soy
y mato, mato, mato...

¡Juzgame!

Otro día sigo poniendo las otras :)

Hueás I y II, más Supe.

El otro día leyendo mis antiguos escritos, decidí comenzar a subirlos por orden cronoógicos, solo los que yo considerara buenos, los demás se quedarán allí... escondidos y tal vez eliminados para así no avergonzarme jamás. jajaja No, es que verdad algunos son bastante distantes de lo que yo pudiese pensar ahora... es como un antes y después. Los del primer 'libro' estàn atròh... aunque hay algunos versos que están de lujo.

Voy con el primero... (Emosidades varias)

I Hueá

Eres lagrima de lamento
recuerdo que invoca el olvido
Eres una ilusión perdida en el tiempo
Tiempero perdido en una ilusión.
Eres silencio ruidoso,
eres caos y frenesí.
Eres kaos, eres kaos, kaos...

II Hueá.

Tú recuerdo nubla mi vista
porque en todo lo que veo
se encuentra tu presencia
Tú recuerdo está en mi timpano
porque todo lo que escucho
lleva la melodía de tu voz.

Supe.

Supe que tu sonrisa y el sol eran aliados
Supe que tenian una especie de contrato...
una especie de contrato medio raro.
Lo supe porque cada vez que tu sonreías
El sol brillaba con extraño vigor
y el día era más bello.

Supe que tu esencia
estaba atada a las estrellas
Supe que cad noche cuando ellas brillaran
dejarían caer su luz...
Y con su luz caerías tú,
caerías como rocío sobre mis sueños
como sabana sobre mi cuerpo.

Supe que tu cabello y tu piel
se desvanecieron en el aire
se desvanecieron como polvo
se desvanecieron...
Y hoy viajan, viajan junto a mí...
porque mi corazón las llama
porque aún te quiero,
porque aún te necesito.

domingo, 25 de marzo de 2012

K.A.O.S.

La media cagá. tengo la zorra en la mente. Fricción, lucha de clases, ebullición, revuelta, guerra civil de pensamientos de cada calaña. Todos portan banderas distintas...estamos claro que tampoco hay tregua. Sin piedad, las barricadas avanzan y retroceden según avanzan las horas... y yo no descanso.
Quiero paz, pero quiero algo más y sé que es lo que
quiero. Tomé una desición, pero la tomo la cabeza y
derrepene al zoronca le baja la weá, se amotina y me vienen los mediooos taldos conchetumare. Igual he aguantado caleta, pero en cualquier momento puede ser que levante el telefono y escupa palabras de las cuales solo la mitad de mi quiera soltar. Sea lo que sea que diga, la mitad es verdad... lo que no quiere decir que el resto sea mentira. El problema es que aquí todos quieren decir algo, tomar la palabra, decir
alguna weá, insultar a alguien, amar a alguien. Y yo
soy el único hueón que queda mal al final. Se sabe, se
comenta, se rumorea por experiencias pasadas que lo mejor para todos aquí, es seguir la cabeza, la razón. Duele al principio y cuesta caleta, pero puta que cueeesta. Pero no poh, no se puede sacar de la mente lo que se tiene en el corazón. Igual estoy en la media rama y todo lo que digo ahora está elvado al cuadrado, al cubo, al trinomio del factor de la función sin solución. Les advierto a los culiaos que todo lo que haga y diga de hoy en adelante, hasta que esto no termine, no soy yo, es una parte de mí. Eso no quiere decir que sea falso, el sólo una parte de mí; la falta la otra ¡La parte del todo no es el todo! No tengo multi personalidad, la weá pasa por ser y no ser y cada vez que fumo y tomo no soy. Corta... Aveces el tiempo no cura; a mí no me sirve sentarme y esperar, nunca he sido de ese tipo de personas y cada vez que me he sentado a esperar me levanto a hacer algo, lo que sea ¡actuar!
Lo que pasa ahora es que tome una desición ¿cuál fue? Dar un paso al costado, retirada, correr, HUYAN CONCHETUMAREEEE... la pense poca pero intensa. Ahora, si vuelvo al ataque va a costar, pero no pierdo nada, pero todo el territorio sedido y perdido ¿cómo chucha se recupera?  Tengo la palabra, la fe y mis manos... Sé lo que el zoronca quiere, lo que la mente quiere.. ¿pero lo que ella quiere? (y ahí suena la muscia mistica que te deja con tragedia en la mensa nebulosa de pensamientos y posiblidades infinitas que no se van a terminar hasta que suceda algo lo que sea, de donde venga...)

viernes, 23 de marzo de 2012

Sentimientos encontrados.

Hoy me siento raro, tengo como sentimientos encontrados... durante todo el día fue así. Cuando fumé estube bien alto, volvía a ser el mismo, me reía con facilidad y hacía reir a los demás, pero derrepente bajaba y me acordaba de algunas cosas y me iba y me perdía... No es bipolaridad, en serio; sólo son sentimientos encontrados...
No es chistoso ni triste, en la micro pensé que era algo así como tragicómico y prometo que empleando de manera correcta el termino trágico. Vidal estaría orgulloso de mí si me escuchara diciendo aquel termino en esta situación. Quizás sí, me patiarion, pero me dejaron la puerta abierta para un retorno y es ahí el porqué me siento raro. En vez de seguir jugandomela, y de verdad creo que debería hacerlo (en parte) porque de verdad que la quiero y me gusta mucho y pa' más remate es una exelentisima mujer... no lo haré, y ni siquiera por una cuestión de amor propio, de verdad que no. Es simplemente por una cuestión de que al pareser, de verdad no sirvo para los problemas que no tienen solución; me siento ahogado, me ahogó, me intoxico hasta el punto de no poder respirar más, me mató de a poco. Yo todavía lo quiero, pero sinceramente creo que hice lo suficiente más 1. Me siento bien conmigo mismo por eso, satisfecho, con el alma tranquila y en paz. Todo lo que estubo al alcanse de mi mano lo usé y si pude hacer más, sería simplemente autohumillación, poco amor propio y hasta ridiculez y enfermedad. Nunca en mi vida había dado un paso al costado tan convecido, incluso doliendome, sí porque de verdad me duele... Siento que me respaldan mis actos y mi confianza, mi seguridad... por eso tengo como un sabor agridulce en la boca, una malegría tremenda... Sí, ese es el sentimiento... mantengo el cariño y el amor y por lo mismo, me hago alcostado. Siento que esto me hace crecer harto, como que siento que maduré mucho en ese aspecto... todo es muy raro.
Por último, esta es una de las pocas veces que siento que estoy haciendo lo correctamente correcto. Incluso con un dolor del alma, un dolorcito que me hace hasta sonreir... es raro. Nunca antes había actuado así.

lunes, 19 de marzo de 2012

Teoría n/n

Bueno, después del fome post anterior, quiero expresar una idea de una de mis locas teorías que últimamente he pensado y que estoy seguro, muchos comparten.
Bajo mis principios:
1-No existen las coincidencias.
2-Dios no existe.
3-El destino no existe.
4-El destino  no existe.
5-El futuro no existe.

Puedo decir lo siguiente:
1)Toda la gente de todo el mundo sigue o tiene un camino el cual recorrer, todos avanzan según sus velocidades, no todos avanzan igual de rapido y por lo mismo, no todos van y están un mismo tiempo o lugar, en un mismo momento. Por ejemplo, y tomando todo lo dicho anteriormente y dirigiendo un analisis al tema del amor de pareja. Todos pueden hacer pareja con todos, pero el principal problema recae en los momentos de cada persona. Si una persona va en su camino muy adelante, aunque quiera mucho a su pareja, si esta va más atrás, no podrán estar juntos, por el simple hecho de no estar en los mismos tiempos y básicamente, no necesitar lo mismo. Aquí, también nos podemos dar cuenta de qué es más importante: lo que se necesita o lo que se quiere, pero eso lo veré en otra ocación, pero según mis argumentos... lo que se necesita.

2) Todas las personas que pasan por tu vida, no son coincidencias; por la misma razón ellas están y se van según sea su momento o según te hayan entregado algo. Cuando esa persona te hace entender o aprender algo, se va. Sino te hace aprender lo que NECESITAS aprender, no se irá hasta que lo tenga que hacer. Generalemente las personas que se van de nuestras vidas son las que más daños nos hacen, pero como se sabe, de los errores se aprende. Aun así, no creo que todas las personas se vayan de nuestras vidas por el sólo hecho de que nos han hecho aprender algo fundamental, alguna verdad, qué sé cho... igual, depende mucho de uno conservarlas después..

Cerrando capitulo.

Fuera de todo lo que pude decir en el último post, me siento  mucho más tranquilo. Es una tranquilidad que nunca antes había sentido en estas circunstancias, quizá por lo que he vivido; la experiencia me ha hecho más fuerte y verdaderamente soy un hombre nuevo o porque simplemente me he cansado de esto, ya que igual hice bastante... No sé, lei por ahí, también, unas cosas que me dejaron bastante tranquilo y que no sabía (en realación a otro tema) lo que me dejo satisfecho y podría decir, inclusive como que sumó en mí, más tranquilidad. Ahora hay algo que no entiendo bien y tampoco tiene mucho significado... de todos modos mañana lo veré, igual... tengo buenos presentimientos, no sé porqué. Hasta me siento ansioso.
Pasando a otro tema, cambié el diseño de la pagina, como que quise plasmar esteticamente los cambios que estoy sufriendo en mi interna. Haciendo un analisis más profundo, creo que pasé de la locura, el color, hacia algo más tranquilo, quizás más aburrido, pero a la vez más profundo. Hoy por ejemplo, tengo ganas de hacer poesía o antipoesía. Como sea, están sucediendo cosas y tampoco puedo quedarme indiferente ante ello. Si mi vida la viese como un libro, no estaría dando vuelta la pagina, sino que cerrando un capitulo. Por lo mismo, igual puedo preveer lo que pueda suceder.

sábado, 17 de marzo de 2012

No estar aquí. - FISKALES AD HOK

La canción culiá de mi vida.
Y me quedo parado aquí ,parado aquí,
mirando a uno y otro lado y me siento tan imbécil, tan imbécil, entre tantas pelotas que rebotan y rebotan sin parar ,sin parar , sin parar.

Hubiese preferido salir y no hablar con nadie.
Hubiese preferido no venir.
Hubiese preferido no estar aquí, no estar aquí.

Es tanto el desconsuelo cada vez que me repites tanto , que me repites tanto el mal, el mal que sientes cerca de mí, las viejas mujeres , que me regalan todo su odio en su mirar, el odio de todas sus vidas , de no haber hecho nada , no me afecta tanto como cuando me haces sentir que el amor que te doy es tan barato, tan barato, tan barato.
Y no estar, no estar aquí.♪

Chico trujillo - Y si no fuera

prepararía de manera especial
un recorrido por Santiago o por Rumié.
En la cosa simple de entenderse
hay tantas cosas que no entiendo.
Y si no vienes , vienes a buscar,
lo que no tiene prisa se demora en alcanzarte
y aqui estoy , así , esperando como quisiera...♪

Cuando te llamo yo - La floripondio

cuando tienes mi corazon
yo no lo puedo explicar♪

La vida me hace bowling.

Holi dios, holi mundo culiao, holi cielo nublado, holi destino, holi damas y caballeros, holi pena, holi felcidad culiá que no sé porqué chucha te vay hueona. maraca culiá... siempre estay con quien y donde te conviene. Hoy día tengo pena y mucha pena, igual tengo rabia, pero más pena que rabia. hace tiempo que no tenía ganas de llorar y en volá hasta quiero llorar. Quiero caminar, pero solo no, con un amigo... sí, con un amigo.
Últimamente estaba pensando que no sirvo para amar y esas cosas, no sirvo pa' estar en una relación, no sé como se ama; nunca nadie me enseño, además... soy entero logi, no tengo por donde ganar. Estoy aburrido de perder, no quiero caerme más, quiero caminar y estar bien, estar poh, así como las mariposas culias cuando vuelan y no saben que se van a morir en un ratito más. El sol que salió fue un rayito no más... uno nunca sabe los vaivenes del clima, por eso tenía miedo de tanta felicidad, como que siempre pasa algo y todo se va a la mierda.
Fracasé conchetumare, estoy chato de fracasar, no sé que hacer, no sé que debo hacer o que debí hacer, es la primera vez que siento que no me meresco lo que me pasó, de verdad que no. Miro al cielo y pido, exijo una explicación... por eso tengo pena, de verdad que tengo pena, pero no es pena con rabia como lo dije al principio o como sentí alguna vez con la polet. Es pena sóla, una que estremece... el alcohol no sirve en estas circunstancias, la hierba tampoco, pero igual me aislán por un tiempo, corto. Me aburrí de intentarlo, de jugarmela, de perder, de que las cosas no se den. De verdad que hoy no voy a hacer nada. quizás después igual luche por una oportunidad que la vida no me va a dar y pierda como siempre. Pero ¡por la chucha! de verdad que ya no quiero más pelea, no quiero más hueveo, quiero estar bien, feliz. Con una sonrisa en la cara. Necesito que alguien me mire a la cara y me deiga que todo va a estar bien y que me regale una sonrisa y si no es mucho pedir, un abrazo.
Ayer al final... sí, el final. (Es mejor así) quería un abrazo y lo tuve, fue corto si, al final tuve mucha pena, no me quebré, pero si tenía mucha pena, pero como yo soy logi, en vez de decir o hacer algo lindo o tonto quizás. Me reí no más, me reí dos veces.. eso fue tonto. Pero siempre me rio cuando estoy mal, me río con la vida, cuando se ríe de mí me río con ella, porque siemore todo es una ironía... yo me río con ella cuando puedo, por eso talvez reí ayer... en vez de irme a la mierda, tenía pena y reí.
¿Por qué chucha el cielo está nublado hoy? es como si el dios culiao, el pelucón de mierda se riera de mí. No me ayudó cuando se lo pedí, y se lo pedí varias veces, de esas veces que pedí weás a dios con el corazón. Y el conchetumadre me da un día nublado pa' que me de más pena. Me regala escenarios, pero no oportunidades, quizás sí, ahora no. No lo comprendo, no comprendo su plan culiao, no sé que vendrá después hueón, de verdad ya estoy chato... ¡VIDA CULIÁ, SORPRENDEME! dame ese favor...

lunes, 5 de marzo de 2012

La mía peculiaridad.

Tengo la idea, quizá, solamente mía y nada más que mía de que las personas especiales no existen, básicamente porque todos somos especiales y si todos somos especiales... nadie es especial. (brrrp) Pero últimamente me he percatado de que, talvez sí existan las personas especiales o parcialmente especiales. ¿cómo? aers explayate.. Gueno. la gueá es que hay personas en este mundo culiao que tienen un angel, una weá que los hace ser distintos a los demás, pero  más que "distintos" como cualidad, tienen una personalidad como lo dijiese alguna vez mi buena amiga chela: atrapante. Son esas personas que por algún raro motivo -¡Mentira!¡el motivo existe y si profundizamos, estoy seguro de que lo encontraré!- como que atrapan a las personas que conocen y de cierto modo influyen en el resto más de lo normal, incluso llegando a que las otras personas hagan puras weás para agradarle a esas personas "ezpeciales"; pasan a ser como esclavos involuntariamente voluntarios. Ahora.. si tú estay leyendo esto, te preguntarás ¿y quién chucha podría ser así?  después, quizás naturalemente comenzaras a buscar a alguien dentro de tu experiencia de vida llamada biogrfía que tenga esas caracteristicas.. Bueno, pasaré a nombrar algunas, las generales, las que yo creo que son el real motivo "magico" que hace a estas personas poseedoras de de ese "angel" que en realidad..  sinceramente yo creo que es más demonio.
Son inteligentes, se forman y crian en familias cultas o con harto material cultural, por ende son criticos. Físicamente, generalmente son atractivos.. lo mismo los hace seguros  de sí; creo yo que como resultado de la suma y resto de lo anterior, son manipuladores... a todos los tienen controlados, en la palma de sus manos. De ahí que los considere más maquiavelicos a que angeles.
Sin duda, poseen y maravillan a varios al su alrededor. Ahora, todo este analisis lo hago porque me he dado cuenta que -generalemente- a esas personas yo les causo interes, las atrapo. No sé porqué, quizás sí... siempre he dicho que la clave de mi personalidad, mi esencia no es ser especial. No, no lo soy y los que me conocen lo saben.. aún así, si creo con mucha seguridad que puta que soy raro, distinto. Un anomico quizá. Yo les llamó la antención porque no caigo en su "trampa", en el juego... la indiferencia es la clave, tratarlos como el resto... eso les hiere su amor propio y les llama la atención... "ey, qué sucede".

jueves, 23 de febrero de 2012

Lo que reaprendí.

Siempre, pero siempre, aunque estés en el peor momento de tu vida culiá, en un momento en donde la tormenta te golpea sin piedad, donde el cuerpo pesa, porque no se puede resistir más, cuando la ropa pesa por toda el agua que contiene, el agua de la lluvia que te golpea; cuando no hay ni siquiera un rayo de luz que se asome para poder decir fata poco; cuando mirai al suelo y te tapai la cara para poder respirar porque el aire es demasiado toxico; cuando mirai al lado y no hay nadie, sólo tu sombra; cuando pensai que que ya aguantaste más dolor que el que alguna vez pensaste que pudiste soportar; cuenado te dai cuenta que superaste tus limites... siempre, pero siempre sale el sol y cuando sale, siempre sale con más fuerza que la última vez que lo viste salir. C:

Como me gustaría que fuera mi familia. equisde.

Me gustaría que si fuera como las tradicionales, que mi mujer fuera mi compañera, que me acompañara en las marchas, en los desordenes públicos, en la organización, en la valentía; que existiera una confianza culiá amenzante, destrucitva. Una complicidad que se transimitiera sólo con el poder de los ojos. Que mis hijos, porque sí, quiero tener en lo posbile más de uno, fueran libres; corrieran sin miedos por los campos y las playas..con todo potencialmente a su disposición. Que cuando tuviesen la edad suficiente, sepan pensar por si mismos, que sean arriesgados, atrevidos, que lucharan por ellos y sus compañeros, amigos... que se encapucharan, porque yo y mi mujer los encapuchariamos y guerreariamos con ellos sin miedos, libres o intentado serlo. Que si por preferencia tendría que decir cuantos... 4, ¿sexos? En realidad no importa, pero si tuviese que decir... las tres primeras, mujeres y el último varón. Que mi hogar fuese humilde, en la ciudad durante mi juventud, en la playa durante mi vejez... que en lo posible contruido por mis manos y las de mi compañera; con un patio inmenso, con arboles de frutas por doquier, con un huerto talvez. Con un perro y dos gatos...

jueves, 26 de enero de 2012

Inútiles confeciones

Ya, si he vuelto a escribir, es porque siento que tengo algo, quizás importante, por lo menos para mí, que expresar. De verdad, las cosas que diré, son totalmente inútiles, no afectan en nada cualquier cosa. Son sólo confeciones, palabras que lanzaré al viento y que no llegarán a ninguna parte, palabras naufragas; pero aún así, si llegaran a puerto... cobrarían más importancia de la que yo mismo pude haberles otorgado.
Lo primero es lo primero... no he escrito hace mucho tiempo y sí, ha paso bastante agua bajo el puente, por lo menos, la suficiente. Descubrí que es o fue muy probable de que me halla enamorado de mi ex, sí, la perra esa. Pero si en realidad sucedio eso, ya pasó y ya no me encuentro en ese estado de ceguera y estupidez. Ahora me encuentro notablemente recuperado, aún así, sigo pensando en ella, y pero aún, sé que está mal. Hubo un tiempo que comenzé a recordarla con mucho cariño, como que si todo lo malo hubiera sido un detalle, pero de mis adentros salió esa llama de odio -quizás- y me hizo volver a la realidad, que la mina fue una perra y yo era un tonto por pensar así. Lo que ciertamente es verdad. Eso me hizo entender algunas cuestiones importantes para mí. Me di cuanta de que de la persona que alguna vez estube enamorado, ya no existe más y jamás volvería, está como muerta... y también, para mal mio, nunca existio. Incluso si volviera con ella, no sería la misma ni yo ni nada. Todo se murio y pudrió para siempre... Por ejemplo, ayer la vi, no la veia hace como un mes y fue raro, porque sentia, y cada vez que veo una foto con ella o algun antiguo comentario en facebuk, siento como que si esa persona no fuese la misma de hoy, es como que si todo lo que vivi con ella, lo vivi en otra vida, como si la conociera de otra vida, pero hoy no. También, no hablo con ella, nada, pero nada desde hace como tres meses, cuatro inclusive. Entonces siento como que si no nos conocieramos, como que si todo lo que vivimos fue parte del recuerdo de algún sueño perdido en el inconciente. Pero mi conciente y el de ella -por cierto- saben que no es así, no... en algún momento compartimos weás bakanes, weás askerosas... en algún momento, y no volveran jamás, nunca, adios, nada será igual jamás. Igual es cuatico pensar, que una de las personas mas importantes en el ultimo tiempo en tu vida, y quizás de tu vida.... halla desaparesido así, tan fugar y friamente. Creo que es algo doloroso y ya lo sufrí si, pero no deja de ser una experiencia extrema...
Lo que pienso ahora, es... cuando será el día, el momento en que vuelva la paz espiritual (?) y el odio se halla ido de verdad y de podamos hablar de nuevo... hablar... hablar tranquilamente, decir quizás: te acordai de esa weá wujakssjkaskjkjasajks y reirnos caleta así, como que si nada hubiera pasado, sería bakán, no sé.

(otro dia sigo escribiendo xd)

sábado, 14 de enero de 2012


El mito andrógino.

Al principio, la raza de los hombres no era como hoy. Era diferente. No había dos sexos, sino tres: hombre, mujer y la unión de los dos. Y esos seres tenían un nombre que expresaba bien su naturaleza y hoy perdió su significado: Andrógino. Además, esa criatura primordial era redonda: sus costillas y sus lados formaban un círculo y ella poseía cuatro manos, cuatro pies y una cabeza con dos caras exactamente iguales, cada una mirando hacia una dirección, apoyada en un cuello redondo. La criatura podía andar erecta, como los seres humanos hacen, para adelante y para atrás. Pero podía también rodar y rodar sobre sus cuatro brazos y cuatro piernas, cubriendo grandes distancias, veloz como un rayo de luz. Eran redondos porque redondos eran sus padres: el hombre era hijo del Sol. La mujer, de la Tierra. Y el par, un hijo de la Luna.

Su fuerza era extraordinaria y su poder, inmenso. Y eso los tornó ambiciosos. Y quisieron desafiar a los dioses. Fueron ellos los que osaron escalar el Olimpo, la montaña donde viven los inmortales. ¿Qué debían hacer los dioses reunidos en el Consejo celeste? ¿Aniquilar a las criaturas? ¿Pero como quedarse sin los sacrificios, los homenajes, la adoración? Por otro lado, tal insolencia era perfectamente intolerable. Entonces...

El Gran Zeus rugió: Dejen que vivan. Tengo un plan para que se vuelvan más humildes y disminuir su orgullo. Voy a cortarlos al medio y hacerlos andar sobre dos piernas. Eso, con certeza, va a disminuir su fuerza, además de tener la ventaja de aumentar su número, lo cual es bueno para nosotros. Y apenas había terminado de hablar, comenzó a partir a las criaturas en dos, como una manzana. Y, a medida que los cortaba, Apolo iba girando sus cabezas, para que pudieran contemplar eternamente su parte amputada. Una lección de humildad. Apolo también curó sus heridas, dio forma a su tronco y moldeó su barriga, juntando la piel que sobraba en el centro, para que ellos recuerden lo que habían sido un día.

Y ahí fue que las criaturas comenzaron a morirse. Morían de hambre y de desesperación. Se abrazaban y se dejaban estar así. Y cuando una de las partes moría, la otra quedaba a la deriva, buscando, buscando...

Zeus tuvo pena de las criaturas. Y tuvo otra idea. Dio vuelta las partes reproductoras de los seres hacia su nuevo frente. Antes, ellos copulaban con la tierra. De ahora en adelante, se reproducirían un hombre con una mujer. En un abrazo. Así la raza no moriría y ellos, los dioses descansarían. Hasta podrían continuar involucrándose en el negocio de la vida. Con el tiempo las criaturas se olvidarían de lo ocurrido y sólo tendrían conciencia de su deseo. Un deseo que jamás estaría enteramente saciado en el acto de amar, porque aún derritiéndose en el otro por un instante, el alma sabría, aunque no pudiera explicarlo, que su ansia jamás sería completamente satisfecha. Y la nostalgia de la unión perfecta renacería, ni bien se extinguieran los últimos gemidos del amor.