"...y miren lo que son las cosas que para que nos vieran nos tapamos el rostro; para que nos nombraran nos negamos el nombre; apostamos el presente para tener futuro; y para vivir.... morimos" Subcomandante Marcos

lunes, 5 de diciembre de 2011

Un día cualquiera...

Ese era una un día cualquiera, era un día hermoso, un día que iba a ser como cualquiera y terminó siendo uno de los mejores. La vida da regalos y ese día fue uno de ellos. No recuerdo la fecha exacta, creo que fue un 12 de abril de este año, de este año que se va...
Había marcha convocada por los amarillos de la confech, nosotrxs ibamos con toda la fe, con toda la fuerza, con la union; gritando, marchando por algunas de las calles de santiago, eramos miles; secundarios y universitarios, estabamos todos juntos y  en el horizonte, todo se veia como la el gigante comenzaba a despertar. La marcha terminaba en el paseo bulnes, ahi estaba yo con mis compañerxs y amigxs del peda, al tiempo después... me encontré con mi hermana, el jeshu y la pole... Todo estaba bien, porque nada había pasado aún, todo era felicidad, todo estaba.. bien. Estabamos a unos 50 metros del escenario central, ahí tocaban los artistas, mientras en la parte trasera de masa y por las calles colaterales, se desataba la batalla. Los pacos tiraron una lacrimogena al centro de la masa y todo se dispersó; los artistas seguiían cantando, nosotros huiamos de la lacri, el ambiente era inrespirable... yo perdí a mi hermana, a la pole y al jeshu, no los volví a ver ese día; no me preocupé mucho tampoco, sabía que estarían bien. Cuando regresé al lugar del suceso, había vuelto una gran cantidad de gente, los perros; eran los perros, porque aún se sentía el olor a lacri en el aire, pero aún así se mantenían firmes mis amigxs. Recuerdo bien, que ese día compramos muchas cervezas en lata, así que había mucho liquido para poder reponerse, mis amigxs no eran tontos; a esto, le podríamos sumar, que yo andaba carga'o con dos pitos de marihuana, de la mejor hierba que jamás he provado, pa' amenizar un poco los efectos de la lacri, fumamos también.
La batalla continuaba, no teníamos miedo, teníamos la fe y la fuerza, lo teníamos todo. En la esquina de la calle condor, se reagrupaba la gente para guerriar contra los pacos, recuerdo que yo además de piedras - como siempre- le lanzé un fierro, como esos de cortina, a un zorrillo pasó por ahí; le lanzé la weá como si fuera un espartano, es chistoso hacer la comparación, pero así me sentí... De la nada, aparecio un guanaco, dispuesto a disparar el chorro de agua, pero justo, como si fuera cosa de magia, comenzó a sonar la canción de victor... "te recuerdo amanda, la calle mojada,corriendo a la fabrica, donde  trabaja manuel. La sonrisa ancha, la llubia en el pelo, no importaba nada, ibas a encontrarte con el... con el la vida son 5 minutos, la vida es eterna en 5 minutos...♫" y el mundo se detubo,  nosotrxs, como nunca, bajamos las piedras, y levantamos las manos, pero avanzabamos, sin miedo... y el guanaco retrocedio, y retrocedio con la maldita canción de fondo. Puedo prometer por mi vida, que ese momento, fue uno de los más magicos de mi puta vida, de verdad... fue hermoso..

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