"...y miren lo que son las cosas que para que nos vieran nos tapamos el rostro; para que nos nombraran nos negamos el nombre; apostamos el presente para tener futuro; y para vivir.... morimos" Subcomandante Marcos

jueves, 18 de julio de 2013

Tengo ganas de explosionar

Es la confusión la que me tiene perdido, ni siquiera la tristeza ¿qué importa ahora? Peor es no saber que hacer en el medio de la nada sin direcciones ni sentidos, sin caminos de futuro, sin caminos de esperanza. Aferrarse a una pequeña hiedra de ideal, a un pequeño suspiro de sueño.
Ya poco me importa convencer, poco me importa transmitir, pero aún así no me he cansado de luchar, como se dice: "la única lucha perdida es la que no se da". Aún tengo mucha vida en estas venas, mucho oxigeno que quemar en mis pulmones...
Nada es gratis, sin dolores no hay buenas victorias. Pero el tiempo es largo y el futuro es de ellos. Mañana puede ser, quizas no... una nueva oportunidad y no sabemos. El tiempo nunca fue un obstáculo importante hace cien años. Tal vez hoy sí lo sea. Las insignificantes piedras que lanzamos ya no van sólo por nosotros ni por nuestros amigos ni conocidos. es por mucho más... Los hijos de mis hijos, gente que nunca vi, gente que nunca amé, gente que nunca odié; gente que nunca conozca y que poco le importe mi vida... es por mucho más.
En todos los momentos conosco personas nuevas... esondidas, atrapadas, renovadas; todos los días me conosco y desconosco en un mismo instante. Me enseño y me autoenseñan... ¡Los momentos, las personas humanas, no animales ni dormidas ni automatas!
Dios está ahí, pero nunca estubo ahí. No lo busques porque no lo encontraras, buscalo sin querer encontrarlo y relajate... ¡Siente la lluvia caer!, siente ese beso dulce del momento, siente la vida, las vidas en un palpitar cercano, en un cuerpo cálido escurridizo.
Que no importe el mañana como el hoy, pero respetemos el hoy como el mañana...
Que todos esos putitos culia'os de mierda que como ¡siempre!, como personas... se vayan lejos, que no vuelvan, que no tengan segundas oportunidades, que nuestra violencia los exilie de la vida, pero como personas.

Que mi cuerpo vibre a cada instante. Contigo, portigo y sintigo. Que la rabia y el amor hagan fuerte este árbol de sensaciones inmediatas y efímeras; que la alegría y la tristeza corran juntas por mi boca, por mis ojos, por mi hígado, por mi piel y que por la conchetumare ¡por la conchetumare!. Esto no haya sido en vano y que mi cuerpo haga... ¡kabum!

No hay comentarios:

Publicar un comentario